Hace muy muy poco (vamos, ni una semana) adquirí mi nueva y segunda guitarra. Fue una decisión que tomé con sumo cuidado, cuestiones como "¿Me compro una del estilo strato como la que ya tenia o bien una de puente fijo?", "¿Por qué cojones son tan carísimas las guitarras que me gustan?" o "¿Me llegaré a comprar una guitarra?".
En definitiva, el proceso de selección-ahorro-compra fue aproximadamente de unos cuatro meses (benditos aguinaldos). Finalmente opté por una Epiphone Les Paul Special II, que está a un buen precio. No era un guitarrón, pero al menos ya tenía nombre...
Lo curioso de todo esto es que buscando guitarras por internet, encontré un artículo de los mas curioso hablando del G.A.S. y pensé lo exagerada que es la gente.
¿Qué es el G.A.S? Bien, son las siglas de "Guitar Adquisition Syndrome" o "Síndrome de adquisición de guitarras" traducido al castellano.
Se trata de un "problema" padecido por un gran número de guitarristas, que se sufre en forma de ataques y se manifiesta como una ansiedad temporal por la compra de una o varias guitarras pero que en sus estados más graves, lleva a la compra compulsiva y reiterada de guitarras de todo tipo de forma crónica.
Los síntomas más comunes son: sudoración y salivación excesiva al contemplar guitarras en escaparates o fotos, momento en el que se empiezan a hacer cálculos mentales de lo más complejo con el dinero ahorrado, el que se va a ganar, etc.
Las causas pueden ser por muchos motivos: todos los modelos de guitarras suenan de una forma diferente, la comodidad que presenta el mástil e incluso el impacto visual que genera.
Para tranquilizar al personal (y a mi mismo en un momento dado) solo cabe decir que hay casos en los que es saludable, es decir, si se tiene un estudio de grabación y nos dedicamos de forma profesional, o bien en mi caso, mi primera guitarra tras cuatro años de intenso guitarreo en manos de un aprendiz nos dijo adios a todos, fue el momento en el que dije "necesito otra guitarra".
En definitiva, si os gustan los instrumentos, en este caso las guitarras, tener tres o cuatro de distintos modelos y características no es malo (siempre que el bolsillo lo permita, claro), ¡PERO OJO! que no os pueda el ansia. Si seguis tocando de forma regular y decidis tener otra nueva, que sea porque es de mayor calidad y la anterior tengais pensado lo que vais a hacer con ella. Si está en buen estado vendedla, se ahorra espacio y quebraderos de cabeza, además si flipais con la nueva, lo más probable es que la vieja no la volvais a tocar, por mucha pena que os de quitarla del repertorio.
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